Con un sistema de control de acceso podrás permitir o impedir el acceso físico de personas o vehículos a tu empresa o a zonas concretas de la misma, y a otros lugares como edificios, naves, oficinas, almacenes o depósitos, barrios cerrados, casas particulares, estacionamientos, etc.
Un control de acceso se compone de un lector biométrico dactilar o rostro, o bien, de proximidad (RFID) y un dispositivo físico que impide el paso: cerradura de pestillo o electromagnética.